30 de mayo de 2025

Todo comienza a las 10 de la mañana, con un clima fresco y un sol que ya empieza a calentar. En la presa de Pinalito, ubicada en lo profundo de las montañas de Constanza, inicia el descenso hacia el río. El ambiente se siente puro. El aire es limpio y las expectativas están por las nubes.

Con la mochila ligera, el protector solar ya puesto y los tenis bien ajustados, el grupo empieza a caminar. Lo primero que se nota es el silencio… solo interrumpido por el sonido del río, los pájaros y las pisadas sobre la tierra.

El trayecto no es plano: subidas y bajadas constantes por montañas verdes que parecen no tener fin. Cada curva esconde un paisaje nuevo. Miradores naturales aparecen de repente y todos sacan sus celulares. Uno de los más famosos es el Peñón, donde las fotos parecen sacadas de una revista. La naturaleza aquí no necesita filtros.

Por el camino cruzamos sembradíos y pequeños caseríos donde viven familias que trabajan la tierra. Nos saludan con sonrisas sinceras y algunos hasta nos ofrecen frutas o agua. Es un recordatorio de que todavía hay lugares donde la gente vive con calma y alegría.

A mitad de camino, el calor ya se hace sentir. Justo ahí aparece un charco de agua fría, perfecto para refrescarse. La mayoría se lanza sin pensarlo, pero se recomienda precaución: el charco es profundo y puede ser peligroso para quienes no saben nadar.

Después del baño, seguimos caminando. Ya con el cuerpo renovado, la segunda parte del trayecto se siente más ligera, aunque las subidas siguen siendo intensas. Es importante tener buena condición física. Quienes no estén acostumbrados al senderismo pueden terminar agotados, especialmente de los tobillos. Un relajante muscular al final del día **es más que recomendable**

Tras unas seis horas caminando sin parar, llegamos a la presa de Tireo en Bonao. Lo primero que hacemos es buscar el caño de agua fresca donde, sin pensarlo, nos damos un último baño. Es como si el cuerpo supiera que ya terminó el esfuerzo y ahora toca relajarse.

La emoción es grande, no solo por haber terminado, sino por todo lo vivido. Durante el recorrido pasaron cosas: risas, tropiezos, bromas, caídas leves, fotos, gritos de emoción… Todo eso es parte de la aventura. Lo importante es que lo logramos y lo disfrutamos al máximo.

¿Qué debes llevar para la excursión de Presa a Presa?

Ir bien preparado hace la diferencia. Aquí una lista sencilla y útil:

  • Tenis o calzado de senderismo: que tengan buen agarre, protejan el tobillo y se puedan mojar.
  • Agua suficiente: hidratarse es clave en este recorrido largo.
  • Snacks o picaderas: frutas, barras energéticas o lo que prefieras.
  • Gorra o sombrero y lentes de sol: el sol en la montaña puede ser fuerte.
  • Protector solar: aunque haya sombra, es esencial.
  • Ropa cómoda y fresca: preferiblemente pantalones largos y camiseta manga larga.
  • Traje de baño y cambio de ropa: por si decides lanzarte al charco o al caño al final.
  • Medicamentos básicos: si usas alguno, no lo olvides.
  • Bolsa plástica: para guardar la ropa mojada al terminar.

¿Quiénes pueden hacer esta excursión?

La excursión de Presa a Presa es ideal para personas con buena condición física y que ya tengan alguna experiencia en caminatas largas. No es recomendable para niños pequeños ni adultos mayores sin preparación. Es una experiencia intensa, pero 100% gratificante.

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